¿Qué es un Conflicto?
El Conflicto es inherente a la naturaleza humana y por eso se da en dos planos:
Individual y colectivo. Es decir, puede ser interno dentro del mismo individuo o entre una persona y el mundo externo, sea su pareja, familia o entre grupos.
– Se puede definir como una contraposición entre dos fuerzas opositoras aproximadamente equivalentes. Puede suponer, discordia, o un antagonismo entre deseos primitivos y los principios morales, éticos y religiosos.
– El conflicto ocurre, cuando las partes involucradas se oponen unas a otras, porque poseen diferentes intereses, necesidades, metas o valores.
– A pesar, de que los sentimientos que tiende a producir en las personas que lo experimentan son negativos (rabia, frustración, miedo), el conflicto no necesariamente es algo negativo.
– Buscar ayuda psicoterapéutica contribuye a mejorar nuestra habilidad para manejarlo y esto puede influir en el desenlace del mismo, en cómo nos sentimos con respecto a las decisiones tomadas y sobre la gente que estuvo involucrada.
A continuación se enumeran algunas estrategias que pueden utilizarse para resolver conflictos en distintas áreas, como la casa, el trabajo, la comunidad y la escuela:
– La cooperación es el medio más deseable de comportarse en situación de conflicto, ya que las partes aprenderán que de esta manera pueden optimizar sus ganancias.
– Intentar conocer los sentimientos y necesidades del otro sin realizar juicio o evaluación ( empatía)
– Contrastar con la realidad los estereotipos negativos e imágenes que se tienen del enemigo, los cuales distorsionan la forma como se perciben unas a las otras las partes en conflicto.
– No deben comprometerse las necesidades básicas (alimento, refugio, seguridad, identidad y amor) de ninguna de las partes.
– Las partes en un conflicto deben cooperar para identificar que intereses hay por debajo de cada una de sus posiciones y hacer de esto la base de la solución.
– No quedarse estancados en buscar los culpables o responsables de lo que ha ocurrido en el pasado, si no en obtener una solución efectiva en la que ambas partes salgan beneficiadas.
– Negociar focalizándose en los intereses, contribuye a trabajar en conjunto.
– Se recomienda entrenamiento en habilidades que son importantes para manejar los problemas de una forma más efectiva como lo son: las destrezas de Comunicación Asertiva y la Escucha Atenta.
– Obtener la ayuda de un profesional de la psicología, para optimizar los resultados en cada una de las etapas de este proceso.